A poco más de una semana para poner le balón en el aire en Vitoria, Unicaja sigue sin encontrar la continuidad necesaria de su mejor versión y apelará a la desastrosa, por el momento, temporada blaugrana para pasar de ronda en el torneo del K.O.
La visita a las Canarias se nublo pese al tiempo caribeño de las islas. La dependencia del tiro exterior y las pérdidas de balón, muestra de un conjunto que sigue sin jugar a nada, condenaron poco a poco en cada cuarto a los de Joan Plaza. A expensas del compromiso, puro trámite, europeo en Croacia, el domingo se verá las caras frente a Real Madrid en el Carpena. El mejor aperitivo antes de viajar al País Vasco.
Además, las sensaciones que dejó el equipo andaluz al recibir la semana pasada a Alba Berlín no fueron, que digamos, las mejores. Un tercer cuarto estrepitoso sacó a relucir las penas de una plantilla absolutamente reestructurada, pero sin un rumbo fijo. La situación da a entender, inevitablemente, que Unicaja necesita un nuevo proyecto técnico al final de esta campaña.
Las cosas no se han hecho mejor en los despachos. El fichaje de N’diaye resultó un fiasco, pero desde primera hora se sabía el corte de jugador que aterrizó en la Costa del Sol. La marcha de Will Thomas, figura clave en la pintura, y la no renovación de Kuzminskas en enero del año pasado, lo que habría llevado al club de los Guindos a embolsarse una cantidad considerable de dinero, están pasando factura. Esta configuración no ha sido la deseada, y tácticamente tampoco aporta soluciones para que jugadores por los que se ha apostado fuertemente, brillen lo más mínimo. Y son solo dos ejemplos dentro del pequeño caos montado.
Por otro lado, el rival del domingo no para de crecer. Los blancos viven, en estos tiempos, la eclosión de la perla eslovena, Luka Doncic. El chaval de 17 años impresiona una y otra vez al pisar una cancha de baloncesto. Su desparpajo y calidad se suman al nivel estratosférico de un Sergio Llull, más propio de la NBA que de nuestra competición. El juego de los madridistas es envidiable y, sin duda, hará falta más que un milagro en forma de falta a Kyle Fogg, para llevarse el choque.
En último lugar, la valoración general sobre Alen Omic es buena. El pívot está aún en proceso de adaptación al grupo, pero su inetnsidad y compromiso quedó vigente la semana pasada en Málaga. Probablemente aporte mucho a nivel interior, algo que la escuadra necesita como el agua.