Por la puerta grande y llevado a volandas, el equipo se conjuró con los 11000 sillones del Martín Carpena para leerle la cartilla a Maccabi Tel Aviv, en sus horas más bajas, y superar con creces y sin complejos la más difícil de las pruebas, clasificarse para el Top 16 a falta de 3 jornadas.
Singularmente especiales se ponen las sesiones vespertinas de invierno desde la campaña pasada, cuando los seguidores malagueños se colocan la bufanda y ponen dirección al Palacio de los Deportes, miran al cielo, respiran hondo y piensan: ''Hoy es otra de esas mágicas noches''.
Así se fueron inundando prácticamente todos los asientos del Carpena en la tarde del 26 para acabar celebrando el pase al Top 16. Desde la presentación, los pitidos acallaron al himno de la Euroliga, que ha introducido un nuevo modelo de competición por el que el conjunto de la Costa del Sol se quedaría fuera de la competición el año que viene a no ser que consiga ganar la liga o el campeonato continental.
Quizás esa rabia contenida, o solo la buena racha en Europa y las ganas de revertir una mala semana anterior, provocaron el estallido de acierto en el segundo cuarto que agudizó la falta de actitud israelí y la frustración de un recién llegado al banquillo, Zan Tabak. Un gran Kuzminskas, de nuevo, y la lucha constante de Hendrix, que ya se ha ganado el cariño de buena parte de la grada, encarrilaron un choque que parecía demasiado fuerte.
Se acentuaron las diferencias en el tercer período, pero el orgullo de Farmar, ex NBA, despertó al microondas Rochestie, máximo anotador de la Euroliga 2014/2015, y redujeron las diferencias para colocar a ocho a una desconocida escuadra macabea que se cargó de faltas demasiado temprano.
Pero aparecieron los once puntos consecutivos de Will 'seguro de vida' Thomas, que gritó al horizonte e hizo estallar las miles de camisetas verdes. Brazos arriba y golpe sobre la mesa para pasar a paso de gigante hacia la siguiente fase, demostrando a la alta esfera de Turkish Airlines Euroleague que Unicaja vale más de lo que se creen. Jueves que viene, partido en la carretera ante Darussafaka Dogus (20:30 h.).
Sin color en el encuentro frente a Movistar Estudiantes que sirvió de homenaje a un gran Gabriel
Muy buen rollo el que se vivió el domingo por la mañana, aunque Unicaja no ve precisamente un camino de rosas en Liga Endesa. Los colegiales trajeron una plantilla corta con 10 jugadores, debido a lesiones, y acusaron el cansancio contra la extensa rotación de un equipo que, además, seguía estando arropado por una contenta afición.
13 puntos en la primera parte es la expresión de un equipo que jugó a la mil maravillas a nivel global, y encontró en Hendrix a su pieza clave merced a trece tantos casi seguidos. Con los madrileños noqueados, empezaron a llover triples de muchos dorsales distintos por los locales y el 43-25 del marcador al tiempo de descanso, marcaba las pautas de lo que sería el segundo tiempo.
Batuta serbia y orquesta coordinada. Nedovic, y luego su compatriota Markovic, acribillaron la defensa estudiantil, que no encontró fórmula alguna para parar el vendaval malagueño, pese a las intentonas de Salgado o Nacho Martín.
Pese a la gran diferencia (treinta puntos al final del partido), el debutante Tony Mitchell dejó tres mates de concurso que levantaron los aplausos de todos y cerraron un choque divertido y cómodo para los de Joan Plaza, acentuado por el emotivo homenaje unánime en forma de acalorado aplauso a Germán Gabriel, quien ha decidido irse para intentar buscar más minutos. 'La Penya' aguarda para robarle otra victoria a Unicaja en Badalona (Domingo 6, 13:00 h.).


